A veces queremos novedades, algo diferente, difícil de degustar, tal vez por eso bebimos La Petite Eglise, un vino de la A.O.C. Pomerol, en Francia, cargado de una uva merlot que nos apasionó por su intenso sabor a fruta madura y por sus aromas tan persistentes como elegantes.
En otras ocasiones, a menudo las mismas, lo que buscamos es repetir instantes que pasan a ser inolvidables, como compartir espinas con ciertas compañías, acompañar con alegría consciente ciertos silencios o regresar a ciertos lugares repletos de música. Aquella noche sonó L. A. Woman, de The Doors.