Fue un día de a fines de verano tibio, límpido, de horas perezosas. Compartimos Carravel, de la D.O.
Ribeira Sacra, con A., M. y R., y su uva mencía, potente y elegante, se confundió con nuestra quietud. M. y D. no pudieron estar, pero la brisa cálida y azulina en cierto modo los trajo.
El colofón a momentos tan apacibles fue mecerse con Loser, de Beck.