El objetivo principal del viaje fue ver a J.C., un músico lleno de pasión y virtuosismo que ya ha sido protagonista en este blog. Desde el comienzo tuvimos que arrostrar numerosas e inacabables adversidades, pero la actitud perseverante de I., E., I., A. y nosotros, la insistencia y resiliencia que mostramos, nos llevaron a esta ciudad ineludible, atractiva y apasionada. Y entre platos más o menos picantes, junto con sonrisas cómplices y miradas amistosas, bebimos The Gimblett, de la región vitivinícola Hawke's Bay, en Nueva Zelanda, con sus uvas cabernet sauvignon y cabernet franc tan profundas y sabrosas, tan insistentes.
Cuando terminó el concierto, al encenderse las luces, celebrando la felicidad que nos invadía, sonó Happy, de Pharrell Williams. Otro motivo para regresar.