Me costó llegar a casa de P. más de un transbordo en metro y una larga caminata pero sabía que iba a merecer la pena. El pequeño J. estaba ya dormido y L. tenía que trabajar, así que al finalizar la velada me fui sin verlos.
Bebimos este Negre De Negres, de la D.O.Q. Priorat, repleto de garnacha, cariñena, syrah y cabernet franc, mientras repasábamos el presente demoledor que nos acogía, mientras recordábamos momentos maravillosos que, entonces, nos parecían muy cercanos. Inevitablemente, I. se metió en la conversación, en los brindis, el abrazo. Probablemente terminamos hablando también de Silvio Rodríguez, otro lugar común de esta amistad.
¡Cuántas "madrugadas sin ir a dormir" llenamos los tres con canciones como De la ausencia y de ti! En esta versión de 2013 el trovador, barbudo y canoso, se aparece a su público como se abalanzan los recuerdos sobre mí.