Los pasillos de la bodega desprendían un hieratismo inquietante. Desde su estantería este McManis nos llamó, nos atrapó, como si el hecho de ser un Vino de California hiciera de él algo exótico por lejano, incomprensible por desconocido. Su petite sirah, en origen uva Durif, le proporciona, sin embargo, un color, una vigorosidad y un sabor cercanos y amables, que no dejan indiferentes a quienes lo prueban.
Donde vivo hay un único sitio donde sirven copas de esta maravilla. Recuerdo especialmente una tarde que las copas se transformaron en botella. Estábamos allí todos, M. y R. con S. revoloteando, M. y D. con A. recién iniciada y, por supuesto, A. y A. La amabilidad y la cercanía también estaban citadas.
Una característica de este vino es su polisemia. Como esta canción de los Eagles titulada Hotel California.
No hay comentarios:
Publicar un comentario