martes, 6 de octubre de 2015

Mouton Cadet


Estábamos en una casa sin puertas, donde el sol apenas se pone, de anárquicos relojes. Nos ofrecieron su mesa A. y N. con la hospitalidad habitual. I. jugaba con N. e I.; otros iban y venían y se pierden en el recuerdo de aquella neblinosa noche.

Bebimos este riquísimo Mouton Cadet, de la Región Vinícola Bordeaux, degustando una cena que presagió un buen amanecer. Desde entonces, entrar en esa casa es volver a disfrutar de la madera en la que el vino descansó, del aroma intensamente frutal que desprendía, y de la merlot, la cabernet sauvignon, la franc.

La última vez que vi a A. fue un fin de semana inesperado y extraño. Estuvimos en un pueblo sin aceras, alto como las nubes; comimos buscando un pico que no apareció; arrostramos el frío aun siendo verano; y tú no estabas. La salvación llegó en el camino de vuelta. De los altavoces del coche, a todo volumen, salió Bruce Springsteen cantando Wrecking ball. Y me esperabas.


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