Volver "al lugar donde has sido feliz" puede no ser una buena idea. Se corre el riesgo de mezclar sentimientos, de buscar instantes que ya solo existen en el recuerdo, de repetir gestos que parezcan manidos, palabras que suenen ajenas, sonrisas que nazcan tardías, silencios que se tornen lejanos.
Nada de esto ocurrió en una casa a la que regresamos como si fuese la primera vez, con su bienvenida tan sensitiva, sus estancias tan acogedoras, la barbacoa que tanto nos llamó. Allí descubrimos Habitat, de la D.O. Catalunya, un vino joven que llenó la mesa de garnacha y syrah, que nos deleitó por su potencia y su profundo sabor.
Una de esas noches inolvidables, gracias a la advertencia de C. y J., vimos en concierto a Kepa Junkera. Entre otras maravillas sonó Sorginak infernuko hauspotik irtetzen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario