No fue una degustación sino una sinfonía, no había cubiertos, copas, servilletas sino instrumentos, notas sobre pentagramas, clave de Do. Junto con I. y A. disfrutamos de los platos, que se sucedían como en una danza, de las idas y venidas de unas bailarinas hieráticas y apasionadas, de silencios y pizzicatos, de aromas en sostenido o en bemol, de maravillosas síncopas. La batuta de este festival fue Xot dels Aspres, de la D.O. Empordà, que mezcló las uvas garnacha, cabernet sauvignon y syrah hasta formar una melodía envolvente e intensa, in crescendo.
Silvio Rodríguez, con dos poesías excepcionales del Rimbaud cubano, y acompañado de un extraordinario grupo de jazz, de un intenso dueto de guitarras y de una inmensa flautista, compone una canción envolvente, maravillosa, pocas veces escuchada. Dispónganse para disfrutar, para ensanchar sus almas, con Tonada para dos poemas de Rubén Martínez Villena.