Hay cosas que suceden porque el devenir insondable de la vida cotidiana así lo dicta. Era obvio que el disfrute de otra novela nos iba a acercar de nuevo a M. y F., que el sonido selecto de un clarinete se mezclaría con los abrazos, que compartiríamos mesa y conversación en esta despensa donde, entre platos excelsos y opiniones sobre el posible pero improbable libre albedrío, descubrimos Arínzano, un vino de Pago con una maravillosa y potente uva merlot. Todo elegancia.
Era obvio que algún día entraría en este blog Lou Reed. Aquí canta, casi declama, Walk on the wild side.
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