Si podemos definir como clásico todo aquello que es digno de imitación o que sirve de modelo para actitudes posteriores, estas celebraciones lo son. Las motivaciones pueden parecer un oxímoron, como festejar los años que pasan, pero nos sirven para añadir sillas a las sonrisas y recuerdos para los que faltan. En la última bebimos Refugallo, de la D.O. Ribeira Sacra, y sus uvas mencía, garnacha tintorera, brancellao y mouratón nos hicieron recordar y sonreír y son ya bosquejos de futuros encuentros.
Un fabuloso clásico es esta canción que en algún momento sonó: Stand by me, de Ben E. King.
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