Fue un día irracional, de sentimientos y emociones liberadas, unas horas hiperbólicas, de cierta manera buscadas, en cierto modo alienadas. Lo comenzamos catando Viña Pomal Graciano, de la D.O.C. Rioja, un monovarietal tremendamente elegante, de un color rojo exagerado, persistente hasta este instante. Un lugar de encuentro al que volver.
Tras los abrazos y las gargantas, inevitablemente sonó Txoria txori, de Mikel Laboa.
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