La primera vez que fuimos a ese lugar con P. y N., como las siguientes, no tuvimos que elegir la comida. Tampoco el vino y nos sirvieron Marboré, de la D.O. Somontano, y la mezcla de uvas tempranillo, merlot, cabernet sauvignon y las autóctonas moristel y parraleta se transfiguró en elegancia, intensidad y sabor, mucho sabor. Un vino para los buenos momentos.
La última vez que lo bebimos fue hace muy poco, con M. y R., una tarde de lluvia, frío y algún revés. Conversábamos, tal vez soñábamos, y entonces, de los altavoces del local, que se imponían, salió la música de Fito y Fitipaldis. Aquí, rememorando épocas muy lejanas, interpreta Fito la canción Al cantar. Con ella podemos intentar "olvidar los malos momentos, convertir en virtud defectos".