El día amaneció radiante, con brillantez estival, con olor a espliego y sonrisa. Tras un tiempo de esparcimiento, quedamos a comer con E. y E. (o I.). La terraza que nos esperaba, la vista emocionada al puente, la brisa envolviéndonos con sencilla calidez, la compañía menuda y la conversación, hicieron de este un momento muy especial. Acertamos al pedir Arrayán Syrah, de la D.O. Méntrida, un vino con la implacable potencia de esta maravillosa uva, con aromas a frutas y tardes de juventud, de sabores complejos e inolvidables. Un delicioso colofón.
E. (o I.) me ha enseñado muchas cosas, entre ellas a disfrutar aún más del jazz. El inolvidable y brillante Tete Montoliu interpreta In a sentimental mood.
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