Concibo la vida como una serie de puertas intactas que abrir a la vez que cerramos otras que quedan atrás con carácter definitivo, inapelable. En eso estaba N., con la aflicción resiliente por la despedida, con la mezcla de miedo e ilusión por el comienzo, cuando bebimos Villa de Corullón, de la D.O. Bierzo, todo mencía, robusto, sabroso y elegante, un postigo de frescura y recuerdos.
Por más puertas que abandonemos, siempre nos acompaña aquello que va formando nuestro acervo. Ella viaja con el arte de Harry Styles. Disfruten de As it was.
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