Hay circunstancias vitales que provocan ausencias, dudas y renuncias, tristes decisiones, temor. Pero el tiempo y lo intangible pueden transformar el desasosiego en cálida emoción. Por eso el regreso de J. e I. a nuestras catas provocó una indecible y merecida alegría, momentos de risas y alivio, de candor. Lo celebramos con Alabáster, un intensísimo vino de la D.O. Toro, con su uva autóctona tan llena de equilibrio y elegancia, tan repleta de colores profundos, de frutas oscuras y excelsos aromas. Una delicia.
Días después escuché Always alright, de Alabama Shakes, y reviví aquella emocionante intensidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario