Un día después disfrutamos de un estío otoñal, de las brasas y los cuchillos, del toldo y los correteos, de la serena sonrisa, de la imprescindible compañía. Y, por primera vez, de A. y su simpatía. También de The Chocolate Block, de la zona vinícola Swartland, en Sudáfrica, con su mayoritaria uva syrah mezclada con una cantidad menor de garnacha, cinsault, cabernet sauvignon y viognier. Un enorme vino repleto de chocolate, frutas y aromas perennes.
En un ambiente propicio, del persistente altavoz sonó No puedo vivir sin ti, de Los Ronaldos.
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